La final de la Champions League fue un desastre a nivel organizativo. A estas alturas a nadie le cabe ya ninguna duda. Fuera del estadio se vivieron muchos episodios vergonzosos debido al descontrol general por los errores en el dispositivo de seguridad: atascos de espectadores en las puertas que hicieron temer por avalanchas, lanzamiento de gas pimienta a aficionados indefensos, cargas policiales, gente amontonándose sin espacio…
De ese ramillete de imágenes para el escarnio, destacaron las de aficionados saltando la valla principal del Stade de France tratando de colarse dentro del recinto y ver la final sin pagar un duro. Algunos fueron retenidos por los agentes de seguridad, pero otros muchos lograron sortear los controles y llegar hasta las gradas para contemplar el duelo entre Real Madrid y Liverpool que culminó con la decimocuarta Champions para el equipo blanco.
Las imágenes captadas dentro del estadio una vez comenzada la final demuestran claramente que había zonas donde el aforo se sobrepasaba de forma irregular. Para muestra, diversas zonas de escaleras donde está prohibido sentarse por razones de seguridad, ya que son la única escapatoria en caso de problema de orden público, y donde se agruparon cientos de aficionados del Liverpool para seguir el partido sin ningún problema.
